Un giro a la construcción.
Desde el primer momento en que Balsa y Balsocci me comentaron de los donguis, quise conocerlos para exterminarlos.
Era un lunes y la luz del alba arropaba las colinas. Íbamos armados, rumbo a los depósitos excavados de la barranca del Parque. Con nosotros andaba un doctor y un biólogo.
Cuando llegamos, la puerta de uno de los depósitos estaba abierta. Aún en la oscuridad, se podían distinguir cuatro o cinco donguis, temerosos de salir a la luz.
Se me ocurrió encender una linterna con luz extrapotente. Inmediatamente cayeron dos de ellos, pero los demás escaparon. En ningún momento nos distrajimos, pues entendíamos que en cualquier momento volverían. Cerca del doctor que estaba brindando atención a Balsa, quien había desmayado de espanto, aparecieron alrededor de veinte donguis y esta vez recurrimos a las armas y funcionó.
No obstante, seguimos incursionando en la excavación y vimos otro precipicio desde donde podíamos apreciar miles y miles de donguis. El biólogo aprovechó la oportunidad de hacerse rico y fotografió las criaturas. Balsocci, quien traía consigo una bomba, no baciló en ponerla en ejecución.
Muchos intentaron subir hasta donde nos encontrábamos pero no podían. Para su mala suerte, la excavación donde se hallaban era muy pronunciada y si querían llegar a nosotros, tardarían más de lo que tardaron en cavar, porque la linterna los debilitaba. Rápidamente salimos a la superficie y advertimos a las personas que vivían en zonas aledañas.
Ya era hora, sonó el estruendo más esperado, al tiempo en que comenzaron a salir las almas de las personas que habían sido víctimas de estos animales. Sin embargo, hubo alrededor de diez personas que murieron por infarto o que por incapacidad física no pudieron salir de sus hogares.
Un mes después, comenzamos los planos para reconstuir la ciudad. Los oriundos de Mendoza que se habían exiliado despavoridos, volvieron. Yo por mi parte, quise quedarme, después de todo, estas personas eran mi familia y por fín tuvimos otros motivos por los cuales construir.
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