La arboleda talentosa.
Uno de los árboles oyó una música extraña que venía del lado izquierdo de la costa. Inmediatamente pensó que en la vida caminar no lo era todo y decidió comenzar a bailar.
Se dió cuenta de que podía hacerlo y para un árbol lo ejecutaba muy bien.
Algunos árboles pensaron que estaba perdiendo la cabeza, otros lo consideraban divertido.
Al cabo de un tiempo, todos los árboles del lugar podían bailar toda clase de ritmos que indagaban con la tecnología de internet.
El monje, al darse cuenta de esto no tuvo más remedio que unirse a ellos. Así mismo, todas las criaturas de la costa querían experimentarlo.
Fué así como el baile le dió otro sentido al bosque.
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