Llegando al cielo.
Y Dios aprobó la construcción de la torre hasta el cielo. Tal vez, por un momento pensó que así todos llegaríamos a él más fácil.
Por otro lado, consideró que nadie iba a hacer sus plegarias en la tierra, más bien irían a menudo a hacer filas enormes en el cielo y él tendría que contratar más personal para el servicio al cliente.
No obstante, Dios impuso sus reglas y no permitió que nadie que no pudiera estar en ese santo lugar, lo estuviera. Todos tenían identificación de malo o bueno, según sus obras.
Así fué como la entrada al cielo, se hizo más directa y abierta pero con sus restricciones.
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