El panel presentado en el bar del Teatro Nacional en La XIV Feria Internacional del Libro, con el tema Evangelización 500 años después, me pareció sustanciosa, pues cada panelista despertaba en mí el interés por querer saber más sobre este acontecimiento que creíamos olvidado pero ha resurgido, impulsado por el hecho de que La Feria está dedicada a La Santa Sede: El Vaticano. La forma en que cada uno expresaba su punto de vista fue realmente interesante, porque aunque todas las propuestas se entrelazaban, eran diferentes y convincentes. El primero en dar su ponencia fue el monseñor Lorenzo Vargas, quien con un amplio vocabulario del área, nos explicaba el propósito de la evangelización, que es enunciar con palabras y obras a Jesucristo, y cómo el cristianismo se ha visto afectado por otras denominaciones religiosas, además del sincretismo y el animismo africano, presentes en nuestra cultura. En segundo lugar, pudimos deleitarnos al oír a la vicerrectora de La Pontificia Universidad Católica Madre y Maestra Adriana Sang Ben, que con un léxico oportuno y espontáneo, nos decía que el cristianismo que llegó a América por los colonizadores fue utilizado como un medio de conquista y como un instrumento de dominación. Así mismo, la vicerrectora de La Universidad Católica de Santo Domingo Rosa Kranwinkel, trajo a conocimiento el nombre del superior de Los Dominicos, maestro de Fray Bartolomé de Las Casas, Pedro de Córdoba quien además fue el primer misionero en La Española y en América y el primero en predicar a los indígenas. De igual manera, el ingeniero José del Carmen Ariza explicó una teoría cabal sobre las bulas y las encomiendas, que eran decretos y encargos respectivamente, que se hacían con el fin de desarrollar la religión católica en el Nuevo Mundo, ya sea para implementar catecismos, templos, diócesis, entre otros elementos que fomentaran el crecimiento de una base religiosa en los amerindios. Finalmente, el periodista José Báez Guerrero, con un toque jocoso y una actitud humilde ante los demás ponentes puso en la mesa el plato final, la adoración de ídolos después de casi 33 siglos de Moisés haber dictado los 10 mandamientos, refutando que la veneración a otras deidades, al dinero, a la fama o al poder es abominable ante los ojos del Creador. En Fin, la presentación llenó mis expectativas, ya que fue amena y las preguntas al final complementaron el manjar completo de exquisiteces que ellos querían transmitir.
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